
También
funcionarios de la Secretaría de Salud federal han declarado que es una
emergencia", dijo el productor ejecutivo del documental Dulce agonía y
director de la organización El Poder del Consumidor, Alejandro Calvillo
Unna. Una emergencia que tiene entre sus víctimas a Don Gonzalo, uno de
los protagonistas de la película. Él es un hidalguense que, aquejado
por la diabetes, decidió hace dos años colaborar con los creadores del
documental, sin embargo durante el rodaje murió vencido por la
enfermedad. Alejandro Calvillo, un activista contra la diabetes y la
obesidad, pero sobre todo contra las empresas refresqueras y de
productos procesados con azúcar, afirmó que la idea del documental nació
por la emergencia que se vive en México.
"Esperábamos
que el documental se terminara con la presencia de Don Gonzalo, pero él
murió. La situación, por lo que hemos visto es que sigue empeorando y
va a empeorar. Si no se da marcha atrás a las regulaciones de la
Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris)
y su etiquetado bajo los criterios de las empresas, esto va a
empeorar", detalló. La historia de Don Gonzalo se entrelaza con
testimonios de diversos expertos académicos y organizaciones civiles a
nivel nacional e internacional que exponen la dimensión del problema y
presentan propuestas de políticas públicas para enfrentar la epidemia de
la obesidad. "Trata del drama humano que se está viviendo a nivel
nacional por el problema de la obesidad y de querer enseñar a la gente
que estamos ante un problema muy grave de salud nacional y que si no
hacemos algo, las consecuencias pueden ser apocalípticas", expuso por su
parte la productora y codirectora de Dulce agonía, Amaranta Rodríguez.
LOS RIESGOS LATENTES
Calvillo
afirma que aunque el año pasado se aprobó un impuesto especial a
refrescos y productos "chatarra" para combatir la diabetes y la
obesidad, la situación podría tornarse peor ante el etiquetado propuesto
por Cofepris, que hace más confuso para el consumidor saber si lo que
se lleva a la boca es sano o dañino. "El impuesto fue un buen avance,
pero insuficiente en su magnitud. La regulación en las escuelas es
buena, pero lo que ha correspondido a Cofepris en aspectos fundamentales
para combatir la obesidad, que es el etiquetado que viene, un
distintivo de la Secretaria de Salud, va en sentido contrario.
Los
criterios son de la industria, lo podemos demostrar. Cofepris nunca
consultó con un grupo de trabajo técnico, con reuniones para regular y
evaluar las mejores recomendaciones. "Lo que hizo fue tomar los
criterios de las empresas y volverlos ley. El caso del etiquetado Guía
Diaria de Alimentación (GDA), es un etiquetado que venimos denunciando
desde 2010 que ya lo tenían de manera voluntaria las empresas y con
pequeñas modificaciones, ahora lo vuelven a usar. El etiquetado es una
amenaza a la salud", alertó. Un etiquetado que podría volver a las donas
Bimbo aparecer como recomendables, lo mismo que a los néctares,
explicó.
Un
etiquetado confuso que atenta contra el derecho a la información y
evita salvar vidas, como la del propio don Gonzalo y una señora
sinaloense que también aparece en el documental. –¿Considera que si
hubieran sido informados hubieran tenido otra suerte? –¡Claro! Es lo que
dice Don Gonzalo cuando se le empieza a mostrar la cantidad de azúcar
que consumía: 'Esto no lo sabía'. Y dijo que debían hacer lo mismo que
con la publicidad del tabaco: '¿Por qué permiten esto?'. El Estado
tendría que decir a la población 'no tomes esto, por lo menos de manera
regular, a lo mejor en una fiesta, no se trata de prohibir nada, pero sí
que se de información. El etiquetado incluso te va a decir que te la
tomes, porque trae que es el 70 por ciento del requerimiento diario
recomendado. Es 'tomátela'.
LOS INICIOS
Rodríguez
recuerda que la película sufrió algunos cambios, surgidos por la muerte
e Don Gonzalo, y por medidas como la del impuesto al refresco "Hace dos
años empezamos a buscar a la gente para que nos dieran testimonios, a
los expertos, conforme fue avanzando en el documental la historia se fue
reacomodando ocurrieron cosas que no teníamos previstas como la muerte
del señor Gonzalo que nosotros no sabíamos que iba a suceder durante el
tiempo de grabación, fueron moviéndose cosas, giros de tuercas y con
el impuesto al refresco fue acomodar otras cosas, fueron dos años de
trabajo y más o menos 170 horas de material", dijo. "[Gonzalo] viene a
ser una víctima. Dentro del documental hacemos un ejercicio de que le
contamos las cucharadas de azúcar que comía en la comida chatarra.
Cuando
se da cuenta lo que consumía se espanta y se enoja. 'Yo no sabía que
estaba consumiendo todo esto, si hubiera sabido todo esto a lo mejor me
hubiera detenido antes'. Es una víctima, un hombre de 45 años de muy
bajos recursos, al que le amputaron un dedo, al que se le desprendió un
testículo, le dio gangrena en una pierna, tuvo varios infartos, una
zorra en su granero le rasguñó el dedo y se le infectó y le tardó mucho
en curar, y perdió una muela. Es una persona que comprende todos los
problemas que por diabetes puede tener por esto", explicó la
coproductora a SinEmbargo. Detalló que para contactarlo hablaron con
distintos grupos de ayuda de diabéticos y en Hidalgo se lo presentaron y
él aceptó colaborar.
Para
Amaranta Rodríguez fue "muy fuerte" pensar que gente joven podría estar
muriendo a causa de una enfermedad que no se está dimensionando.
"Estamos convencidos, llevamos tiempo trabajando para El Poder del
Consumidor, pero en lo personal lo que me pasó cuando trabajamos con el
señor Gonzalo es que aprendimos a leer el etiquetado, contamos las
cucharadas de azúcar. Yo no soy de tomar refresco, pero sí el dulcecito,
el chocolatito, y comencé a moderarme. Todos nos pasamos del límite y
queremos que la gente se de cuenta de eso", expresó la cineasta sobre la
importancia de leer lo que los productos contienen y el daño que pueden
causar.
LA BASURA QUE COMEMOS / COMIDA BASURA: LA PLAGA DE LOS ALIMENTOS PROCESADOS